In Mexico, on the Nayarit-Sinaloa border, is an island that seems to be uninhabited by adults; kids work as fishermen, play games, fall in love for the first time, disobey their parents, come to terms with their homosexuality, are afraid of the dark, and narrate their own story. They run, sing, and play without adults, but when the sun sets the demons start to spread and they have to hide. From being afraid of the boogeyman, the devil and other monsters, all of the sudden they are afraid of a friend, a neighbor, a human being, prematurely becoming adults.
(Dir. Bruno Santamaría, Prod. Abril López) En el marco de un paisaje paradisiaco, rodeado de agua, aves exóticas, cocodrilos, lleno de niños e historias de fantasía, crecen un grupo de amigos en la isla del Roblito: Charal, Carlitos, Estrella, Yule y Frijol, cinco niños que a través del juego empiezan a desear, amar, competir, pelear y reproducir patrones que aprendieron de sus padres, maestros, sacerdotes o militares. La isla parece libre de mal, a pesar de que muy cerca se viven dos fuertes conflictos: la guerra del narco y las consecuencias ambientales de la futura construcción del complejo turístico más grande de México, situaciones que han obligado a muchos de sus habitantes a emigrar, por lo que casi no se ven adultos dentro de la isla. El mundo de los adultos enmarca la película, no aparecen a cuadro, como si estuvieran fuera de la isla. Su participación es una presencia, una sombra en le película, siempre acechado, cuidando y observando a los niños. ¿Qué significa crecer con libertad a pesar de saber que existen robachicos, militares o narco? ¿cuál es el sentido del infierno, el diablo, los duendes y cómo nos protegen o nos reprimen en nuestras acciones cuando somos niños? Con el documental queremos reflexionar, desde la mirada de los niños, sobre la complejidad de ser niño en un contexto que cada vez tiene menos libertad y espacio para ellos.