El Vals de los Inútiles

Un adolescente inmerso en el clima político de su colegio y un ex preso de la dictadura de Pinochet que redescubre en el presente su lucha pasada, se unen a una corrida ciudadana en demanda de educación gratuita para Chile. La experiencia cambiará sus vidas, en medio de la movilización social más importante de los últimos años.

Darío es un estudiante de 17 años del Instituto Nacional, el colegio más emblemático de Chile. Acaba de repetir de curso producto de la toma de su establecimiento que por más de siete meses mantuvo junto a otros compañeros en protesta por el lucro en la educación. Miguel Ángel es un hombre exitoso, de 58 años, dedicado a difundir y enseñar el tenis a niños de bajos recursos. En 1979 fue secuestrado por los organismos de seguridad de la dictadura de Pinochet, sometido a crueles torturas y privado de libertad por más de seis meses. A propósito de la movilización social que se produce en el país en 2011, Darío y Miguel Ángel comienzan a experimentar una transformación interior que los lleva a replantear su presente. En su colegio, Darío ocupa cada vez más tiempo en reuniones y asambleas que lentamente comienzan a decidir el futuro de la movilización estudiantil. Está convirtiéndose en un hombre con conciencia social lo que acarrea en él una profunda crisis que lo hace pensar sobre su futuro y su destino como estudiante universitario. En paralelo, Miguel Ángel descubre una serie de fotografías de su juventud que lo llevan a reflexionar sobre su pasado y su secuestro, hecho que oculta de su familia. La fotografías y la movilización social que parece estar a punto de explotar comienzas a operar en él una revolución personal. Como telón de fondo, las protestas callejeras comienzan a sucederse cada vez más producto del descontento por los aranceles universitarios, hasta que en el invierno chileno se desata una de las movilizaciones sociales más importantes desde 1988, año en que vuelve la democracia al país. Como protesta al modelo de educación y a las políticas neoliberales que tienen a los estudiantes sumidos en millonarias deudas, Darío y Miguel Ángel junto a miles de personas deciden manifestarse en las calles corriendo una maratón espontánea alrededor del Palacio de Gobierno de La Moneda. Una bandera negra con la inscripción “Educación gratuita y de calidad ahora”, que es empuñada por cada corredor, no parará de flamear durante casi tres meses continuos. Esta maratón se transformará en una de las expresiones ciudadanas más contundentes de rechazo al modelo político y en un símbolo de la fuerza del movimiento estudiantil al que se suman miles de personas que se sienten desplazadas. Con la agitación social como telón de fondo las historias de nuestros personajes se convierten en un símbolo de dos generaciones divididas y que hoy parecen reencontrarse en la idea de una sociedad más justa. Darío y Miguel Ángel son transformados por lo que comienzan a ver y escuchar en los noticieros, experimentando un cambio en su forma de ver las cosas que los afecta. Se trata de una película iniciática, de convertirse en un hombre, de transformar el dolor para perdonar y entender. De un país que también está cambiando aunque nadie sabe muy bien hacia dónde. La maratón, denominada “1800 horas por la Educación” marca profundamente a nuestros personajes. Darío ayuda a sus compañeros a tomarse el colegio en donde estudia, permaneciendo más de siete meses al interior del establecimiento. Miguel Ángel un día decide contarle la experiencia que vivió hace treinta años a su hija, saldando con ella y toda su generación una deuda que mantuvo en secreto por mucho tiempo. Finalmente, la movilización decae y los políticos y el gobierno se encargan de negociar una salida fácil. Los estudiantes vuelven a las clases y Miguel Ángel ya no mira las noticias para enterarse de la última protesta. Los medios informan el fin de las tomas en los colegios y la vuelta a un punto cero. Sin embargo, algo ha germinado en nuestros personajes. Ya no son los mismos. Quizás la semilla que han plantado estos chilenos no germine hoy ni mañana pero algo se ha transformado en su interior. El Vals cuenta este proceso personal. A través de sus historias descubriremos un país quebrado por la dictadura, reconstruido a medias y en donde las secuelas y heridas del pasado aún no sanan del todo. Es un documental acerca de la maduración: de los cuerpos, de las ideas, de una sociedad y un país que lentamente comienza a despertar. Junto a ellos mostraremos dos generaciones distintas, en medio de la agitación social de un país que no se expresaba así desde el fin de la dictadura.

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